MINISTERIO DE TRANSPORTES

El Gobierno obligó a dimitir a Pardo de Vera para salvar a la ministra de Transportes

Gobierno Pardo de Vera
Isabel Pardo de Vera
Joan Guirado

Isabel Pardo de Vera, hasta este lunes secretaria de Estado de Transportes, era un valor emergente en el Gobierno de Pedro Sánchez. El presidente, incluso, pensaba en ella como fichaje estrella para el PSOE gallego de cara a las próximas elecciones. Pero a primera hora de ayer, un mensaje de la ministra, Raquel Sánchez Jiménez, acabó con su carrera política. La mujer a la que le había jurado lealtad y de la que se había convertido en su sombra, le dijo que ya no contaba con su «confianza».

Fue la manera que encontró Sánchez Jiménez para salvarse ella, ante la necesidad que le transmitió el presidente Pedro Sánchez de «asumir responsabilidades». Acto seguido, de su puño y letra, Pardo de Vera firmó una dura carta de renuncia en la que le acabó deseando «la mejor de las suertes para todos los retos que tiene que seguir abordando el ministerio». Y que son muchos. La ley de Vivienda, los peajes o los fondos europeos son temas que dependían de la dimitida.

La ex presidenta de Adif y número dos del Ministerio de Transportes, Agenda Urbana y Movilidad no se siente responsable de ninguna forma por la chapuza de los trenes que no caben por los túneles de Asturias y Cantabria. Y consideraba «un error de bulto» de la operadora Renfe lo sucedido. Hasta el punto de que hace unos días Isabel Pardo de Vera le lanzó un ultimátum a la ministra: o la dirección de la compañía ferroviaria «o yo».

Este lunes, Raquel Sánchez Jiménez le respondió que ya no confiaba en ella y le instaba -o más bien exhortaba, según fuentes de su entorno- a presentar su dimisión. Algo que ocurrió horas después. Pero la hasta ese momento sombra de la ministra se ha ido llevándose por delante, también, al presidente de Renfe, Isaías Taboas. Uno de los hombres fuertes del PSC -partido del que forma parte Raquel Sánchez-. Isabel Pardo de Vera, en su carta de renuncia, no hace mención alguna a la chapuza de los trenes que no caben por los túneles.

Las presiones ejercidas principalmente por el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, que se enteró de los ceses a través de los medios de comunicación, han surgido efectos para que «rodasen cabezas». Aunque el barón asturiano no está del todo conforme con estos cambios. Pues Barbón siempre ha defendido a Pardo de Vera como una «de las mejores aliadas de Asturias» a nivel ferroviario.

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